Con la dulzura y el sabor de lo ya mascado. El aliento y la pisada de lo andado y vivido. El amor y el tesón dibujado en esa sonrisa perpetua que jamás se borró, vuelve a tener vida éste blog.
Llegan a renacer tantas cosas en mi interior...
Han pasado vientos, y arenas dibujando montículos en la playa.
El sentimiento se ha mantenido inamovible. El apetito a ratos dormido, a ratos desvelado... pero siempre vivo.
Desempolvando juguetes, lustrando tacones, haciendo un guiño a la vida.
En definitiva, regresando al hogar.
En definitiva, regresando al hogar.