Destripando el concepto básico de la D/s, saco mi propia conclusión.
Ratificándome que la mía, con el paso de los años es la más acertada (para mí).
Por mí forma de ser, por mi manera de pensar, por mi circunstancia y sobre todo por como siente mi alma.
He llegado a un punto en el camino en el que huyo de lo preconcebido y arquetipos establecidos. Aporta poco a mi sentir la tercera persona del singular (nunca ayudó), no necesito adornos.
De eso ya me ocupo yo.
Me sobran las sesiones con principio y final.
Es como fumarse un cigarrillo, al final se apaga y necesitas otro.
No entiendo la entrega y posesión del sumiso sin que existan antes las personas.
Corren tiempos extraños, en los que muchos no atienden a eso.
No entiendo la entrega y posesión del sumiso sin que existan antes las personas.
Corren tiempos extraños, en los que muchos no atienden a eso.
El mimo para mí ha de ser constante, mi bien más preciado es él. El cuidado imponente sobre todo, ha de sentirse reconfortado y seguro. Necesito reírme, sentirme cómoda a su lado. Preciso entrar dentro de su cabeza, alimentarme de su cerebro y que tenga el mismo poder
de satisfacer mi mente.
Porque a buen seguro, haré que se sienta pleno.
Me siento Dómina, nací mujer.
El asentamiento mental, el transitar, los años y sobre todo las ganas de vivir
me hacen ambicionar exprimir la vida.
Son bases primordiales,
no sé vivir esto de otra forma.
Habrá miles, desestimo el resto.