lunes, 26 de octubre de 2015

La ventana


 
Ven, ven pequeño haz de luz.
Voy a dejarte entrar y cerraré sin que te des cuenta
 mi ventana tras tu paso,
 atrapándote en tu propia estela.
No tengas miedo a que amanezca, no!.
Sabré enseñarte como robar horas en la noche y hacerte saltar en tus mañanas.
Flota hacía mi dintel, desprenderé las miguitas de tu alma por todo el marco con tanto mimo, que tu luz será un suave gemir en la piel de los enamorados. Traspásame con tu inocencia diaria, hazte renacer cada día para mí; yo crearé música celestial a voz firme y contundente.
Ocupa tus horas en mi ventana, me asomaré a verte renacer y las bisagras haré sonar y así, no olvidarás tu camino.
Al caer las sombras ordenaré prender cortinas en cuero negro, ahumadas con el humo de tabaco, para que así descanses en mi regazo.
Cierra cuando termines, tengo fío.

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