sábado, 2 de junio de 2012

0.7

Deslizando con la suavidad y el frío del acero entre mis dedos. Juguetean conmigo... resbalan y vuelven a su lugar, tan delgadas y rudas como brillantes y asustadizas.


Una, dos, tres, cuatro (los números pares son tan deliciosos...) alineadas, diferenciadas entre si con apenas un centímetro se presentan ante mi. Parecen querer hablarme, parecen querer decir "tócanos, tómanos, siéntenos"
Sonrío, respiro hondo y vuelvo a mirarlas. Son preciosas y apabullantes.


Acerco el pulgar y el índice hasta tomarla, mientras un tímido espejo en el esmalte de mis uñas le hacen un retrato. Con el mimo de desenvolver un regalo preciado, el cuidado de no partir una pieza de cristal única y las ansias de vivir en tí la experiencia.


El paso de la caricia hace erguir el bello y levantarlo a su paso, mientras se prepara humilde y entregado a mis deseos...

4 comentarios:

  1. Lo que daría por besar tus pies y ser tu esclavo eterno... :$

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  2. Precioso blog, Allma.
    Mis felicitaciones, con Su permiso, la sigo...

    Me han encantado las entradas que he leído.

    Un respetuoso saludo.

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  3. Gracias, tenessa.

    Un placer crearlo para su disfrute.

    Muchos besos, señorita.

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